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Pasos de fe – Un legado de amor

Paso a paso; superando obstáculos y dejando un legado:

En ocasiones, enfrentamos obstáculos en nuestras vidas que nos impiden alcanzar todo lo que Dios tiene reservado para nosotros. Sin embargo, a través de la historia que encontramos en Josue capitulo 3 y 4 cuando los israelitas cruzaron el río Jordán, podemos aprender valiosas lecciones sobre cómo superar los desafíos y dejar un legado duradero. 

En este blog, exploraremos tres ideas principales: «Pisar el agua», «Contar nuestra historia» y «Escribir tus piedras». Estos principios prácticos nos inspirarán a confiar en la presencia de Dios, compartir nuestras experiencias de fe y cambiar nuestra perspectiva en tiempos difíciles.

Pisar el agua: Confía en la presencia de Dios

Imaginemos la escena: después de 40 años de vagar por el desierto, el pueblo de Dios finalmente llega al borde de la tierra prometida. Están frente al río Jordán, que está desbordado en la temporada de inundaciones. Enfrentan un obstáculo aparentemente insuperable, pero Dios les da instrucciones claras a través de Josué. Los sacerdotes deben llevar el Arca, que representa la presencia de Dios, y dar un paso hacia el río. Sin necesidad de un puente o habilidades de ingeniería, solo necesitan la presencia de Dios y obedecerlo.

En ese momento, ocurre el milagro: las aguas del río se dividen, creando un canal seco para que el pueblo de Dios cruce. Es importante destacar que nada sucedió hasta que los sacerdotes dieron el primer paso. Si queremos experimentar todo lo que Dios tiene para nosotros, debemos tener fe y dar ese paso de obediencia. A menudo esperamos a que Dios actúe primero, pero él está esperando que nosotros demos el primer paso.

Contar nuestra historia: Comparte tus experiencias

En el relato bíblico, después de cruzar el río Jordán, Dios instruye a Josué a levantar doce piedras como un memorial para futuras generaciones. Estas piedras servirían como recordatorio de cómo Dios había provisto y guiado al pueblo de Israel a través de ese momento desafiante. Del mismo modo, nosotros debemos compartir nuestras historias de fe con nuestros hijos y con quienes nos rodean.

Nuestras experiencias personales son poderosas herramientas para transmitir el amor y la fidelidad de Dios. Al contar nuestras historias de cómo Dios nos ha provisto, sanado, abierto puertas y nos ha guiado, inspiramos confianza en aquellos que nos rodean. No basta con asistir a la iglesia; necesitamos vivir un estilo de vida que incluya compartir nuestras historias y enseñar las historias de la Biblia a las nuevas generaciones.

Escribe tus piedras: Cambia tu perspectiva

El tercer aspecto clave de esta historia bíblica se encuentra en el hecho de que después de que el pueblo de Dios cruzó el río, se colocaron doce piedras adicionales en el lecho del río Jordán. Estas piedras no serían visibles a menos que el agua bajara en un momento de sequía. Mientras otras piedras de sequía se utilizaban para pronosticar tiempos de dificultad y escasez, estas piedras tenían un mensaje diferente.

Cuando enfrentamos situaciones difíciles en nuestras vidas, necesitamos cambiar nuestra perspectiva y reescribir nuestra narrativa. En lugar de llorar y desesperarnos, debemos recordar la fidelidad de Dios en el pasado y confiar en que Él seguirá proveyendo. Estas piedras simbolizan la fe en Dios incluso cuando las circunstancias no parecen favorables. Nuestro enfoque debe estar en las posibilidades y no en las limitaciones.

A medida que reflexionamos sobre la historia de los israelitas cruzando el río Jordán, encontramos lecciones prácticas para nuestras propias vidas. Debemos dar el primer paso, confiando en la presencia de Dios y obedeciendo sus instrucciones. Además, compartir nuestras historias de fe fortalece nuestra propia fe y la fe de aquellos que nos rodean. Finalmente, en tiempos difíciles, debemos cambiar nuestra perspectiva y recordar cómo Dios ha sido fiel en el pasado.

Al tener en cuenta  estos principios en nuestras vidas, podremos superar los obstáculos y dejar un legado duradero. Recuerda, Dios está esperando que des el primer paso. No te detengas esperando a que las circunstancias sean perfectas. Comparte tus historias y vive con una perspectiva centrada en la fe. Dios está contigo en cada paso del camino, listo para hacer milagros en tu vida.

Preguntas de aplicación:

1— ¿Cuál es el obstáculo más importante que estás enfrentando en tu vida en este momento y cómo puedes aplicar la lección de «pisar el agua» para superarlo?

2— ¿Cómo puedes comenzar a compartir tus propias historias de fe con las personas que te rodean, ya sea a través de conversaciones personales, redes sociales u otros medios?

3—¿Cómo puedes cambiar tu perspectiva y confiar en la fidelidad de Dios, incluso en medio de desafíos y dificultades?