Lecturas

Quitando el sello.

En el anterior post veíamos como en el sábado antes de que Jesucristo resucitase al parecer nada sucedía, y como en ese sábado quizás tú estés atravesando un tiempo en el que sientes que Dios se olvidó de ti, o simplemente está en quietud y nada sucede, sin embargo él está quitando el sello que el enemigo puso  ¿Qué debo hacer si estoy pasando por esto?

Recuerda siempre las promesas de Dios. En la Biblia encontramos promesas como:

  • Si habito al abrigo del altísimo no me sobrevendrá mal ni plaga tocará mi morada.
  • Mi Dios pues suplirá todo lo que nos falta conforme a sus riquezas en gloria.
  • Jehová es mi pastor nada me faltará.
  • No temas porque yo estoy contigo, no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.

El enemigo es consciente de las promesas y del propósito de Dios en tu vida y buscará por todos los medios que tú te olvides de esas promesas. El quiere que olvides: quien eres, que puedes lograr, a que te ha llamado Dios, o que tu provisión depende de él.

Dice la Biblia que los enemigos de Jesús dijeron a Pilato:

Manda, pues, que se asegure el sepulcro hasta el tercer día, no sea que vengan sus discípulos de noche, y lo hurten, y digan al pueblo: Resucitó de entre los muertos. Y será el postrer error peor que el primero.

Y Pilato les dijo: Ahí tenéis una guardia; id, aseguradlo como sabéis. 

Entonces ellos fueron y aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y poniendo la guardia.

Los enemigos de Jesús querían a toda costa evitar el cumplimiento de lo que Jesús había prometido, por eso los sacerdotes y los fariseos pidieron que:

1— Sellaran la piedra.

— Para asegurarse que nadie robara el cuerpo de Jesús.

Lo primero que hará el enemigo para detener un milagro es cambiar una promesa por un decreto o un sello.

— Sello de la derrota.

— Divorcio.

— Depresión.

— Que no tienes lo que se necesita.

Pero tengo noticias para ti: ningún sello del enemigo puede anular una promesa de Dios. Cuando en apariencia no está pasando nada, no permitas que el enemigo ponga un sello en tu milagro.

2— Pusieron una guardia armada frente al sepulcro.

  • Esta guardia representa la intimidación, pueden ser personas que te recuerdan que esa promesa de Dios no tiene vigencia en tu vida.
  • Personas que con su actitud te hacen dudar si en verdad hay una promesa.
  • Temores, pasado, familia que (en tu sábado) te pueden hacer sentir que no va a pasar nada.

Pasado el día de reposo, al amanecer del primer día de la semana, vinieron María Magdalena y la otra María, a ver el sepulcro.

Y hubo un gran terremoto; porque un ángel del Señor, descendiendo del cielo y llegando, removió la piedra, y se sentó sobre ella.

El sello que certificaba que la promesa no se cumpliría fue quitado del medio.

     El  aspecto del ángel  era como un relámpago, y su vestido blanco como la nieve. Y de miedo de él los guardas temblaron y se quedaron como muertos.

Aquellos que te intimidaban vendrán a ser como la nada, no se podrán oponer a lo que Dios quiere hacer contigo.

 Mas el ángel, respondiendo, dijo a las mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado.

No está aquí, pues ha resucitado, como dijo.

En medio del viernes y el domingo hay un sábado de quietud, pero en medio de este momento te vas a aferrar a las promesas porque Dios hará lo que dijo, él está quitando el sello. Si en tu vida se han impuesto sellos o personas que te han intimidado, hoy Dios quiere hacerte libre, él quiere levantarte porque el así lo prometió.